viernes, 21 de septiembre de 2012

Gran Canaria, donde llevan los vientos


Tres meses pasé en Gran Canaria y puedo jurar que no quería volver a Madrid. Mi primera experiencia en las Islas fue inolvidable. Lo que más recomiendo a cualquiera que no las conozca es el alquiler de vehiculos en cualquiera de ellas y el recorrerlas de cabo a rabo.

Aunque no puedo mentir: Gran Canaria me marcó más que Tenerife, probablemente porque la conocí primero;  el caso es que sus playas me parecieron más bonitas y el acento de sus gentes más gracioso. También puede deberse a que pasé la mayor parte del tiempo en la playa de Arinaga, en el municipio de Agüimes,  y no en la capital, que es lo que hice cuando estuve en Tenerife. Arinaga es una playa en un pueblo tranquilo y muy ventoso; dicen las gente que ese viento enloquece.

Para mí fue mucho más interesante porque cuando quería ciudad recurría al alquiler de coches en Agüimes y me íba de road movie. Todo ese tiempo trabajé en Puerto Rico, en Mogán, a unos 45 kilómetros, así que cada día recorría una carretera desde la que contemplaba unas playas increíbles.

Y ¿qué decir de las dunas de Maspalomas? Una reserva y un paraíso natural, un exótico desierto de fina arena pero con la recompensa de las olas esperándote a un lado y la infraestructura turística al otro. Porque turistas no faltan en Gran Canaria, claro. Buen ejemplo es la cercana playa del inglés, ideal para quien quiere practicar lenguas y buscar juerga… yo particularmente prefería alquilar un vehículo (no siempre era un coche, a veces una furgoneta o hasta una barca…) y salir a buscar en qué playa casi-ahogarme ese día; el atlántico puede ser bravo.

Pero sí: muchas veces sucumbía a las terracitas llenas de guiris, a las papas arrugás con mojo picón, y, sobre todo, a la deliciosa cerveza Tropical. 

Y siempre intentando gozar de la compañía de un alquiler de coches y de los locales, los canarios, gente asombrosamente bella, simpática, acogedora, amable y graciosa. ¡El caribe en España! Quién me lo iba a decir. 

Volveré en cuanto pueda.

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