El pequeño barrio de Ayacata, repartido entre Tejeda y San Bartolomé de Tirajana, es la primera víctima del apagón analógico. Sus habitantes, en su mayoría personas mayores, se sienten olvidados y maltratados, porque les prometieron que no se iban a quedar sin la tele, que antes del apagón serían instalados los equipos para recibir la señal de la Televisión Digital Terrestre (TDT), pero llegado el momento, «no se hizo nada», señalan indignados los representantes de la asociación de vecinos El Fraile.
Uno de sus miembros, Benjamín García, reprocha la falta de sensibilidad del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana «porque no tiene en cuenta que aquí viven muchas personas ancianas, algunas postradas que encuentran en la televisión su único entretenimiento», apunta.
«Me siento triste, porque la televisión es la ilusión para quienes estamos sólo», afirma María Espino, de 82 años, quien mando en mano y acompañada de su esposo, Miguel Sarmiento, con 90 abriles, no tiene que hacer mucho esfuerzo para demostrar que en Ayacata ya no hay forma de ver la televisión.
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