lunes, 19 de abril de 2010

LA VILLA DE TUNTE Y LA DESIDIA DE LOS POLÍTICOS


Con frecuencia, los grancanarios desconocen la situación geográfica de la Villa de Tunte, la capital comarcal del municipio de San Bartolomé de Tirajana, donde se encuentran las Casas Consistoriales, es decir que Tunte es San Bartolomé de Tirajana, toponimia canarii en el primer caso, toponimia castellana mezclada con la canarii en el segundo.

Lo triste del caso no viene dado por el desconocimiento que existe entre la población sobre la localización de nuestro pueblo, lo triste viene dado por la desidía de los políticos locales, que por mucho que celebren los plenos en la Villa de Tunte llevan años sin desarrollar un plan urbanístico que permita la construcción de viviendas sociales, la autoconstrucción de viviendas con proyectos subvencionados por las instituciones públicas, el desarrollo de proyectos urbanísticos por las empresas locales, que estarían apostando por el desarrollo armonioso del pueblo de contar con una política seria, respetuosa con el medioambiente, con la arquitectura canaria. Para ello hace falta que la seriedad se extienda por la política.

Son los políticos municipales, con sus líos, su mala gestión, sus repartos de concejalías, sus acuerdos a dos y tres bandos, con la actuación de la fiscalía, los sumarios abiertos,.. Todo ello es los que tiene paralizado todo.

La situación de las oficinas municipales de Maspalomas, con riegos por su mala construcción, es un fiel reflejo de lo que ocurre en la política. Es necesaria una reforma electoral que le de el gobierno al partido más votado, que impida que un partido bisagra tenga la llave del gobierno, con lo negativo que conlleva el "reparto", un acuerdos entre tres ante la carencia de ideas, de claras gestiones, de desastres presupuestarios, con más del ochenta por ciento del presupuesto destinado a personal.

Queremos políticos que aprueben planes de construcción en Tunte, que permitan la edificación de complejos público y privados acordes con el paisaje, que inyecten vida a la villa, que se llenen de niños y niñas las canchas y juegos infantiles, que los ancianos tenga una atención debida, con el desarrollo de los servicios sociales.

Tunte necesita vida, necesitan buenos gestores. Tunte también existe.

Felipe Enrique Martín Santiago

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