Las obras de demolición se llevaron a cabo este lunes, supervisadas por técnicos y agentes municipales.
* Los propietarios de la parcela plantean la construcción de un centro comercial y administrativo de unos 930 metros cuadrados.
El antiguo edificio del Mesón Viuda de Franco, ubicado en la divisoria entre la turística Playa del Inglés y el barrio residencial de San Fernando de Maspalomas, ya es historia, después de que su actual propietario, Inmuebles Comerciales La Mareta S.L., procediera este lunes al derribo del mismo.
La alcaldesa María del Pino Torres recuerda que la Junta de Gobierno del Ayuntamiento otorgó la licencia de demolición a los actuales titulares a primeros de abril de 2007, y que dicha licencia fue prorrogada con posterioridad. “Sus propietarios la solicitaron con la pretensión de instalar allí un pequeño centro comercial y administrativo”, afirma.
El retraso en la ejecución de las obras de derribo hasta este lunes, y el estado de abandono y suciedad que fue adquiriendo el inmueble y el solar motivó que la alcaldesa María del Pino Torres ordenara en febrero de 2008 la adopción de las medidas que fueran necesarias para solventar dicha situación.
Tras el informe policial sobre el estado del inmueble, un técnico municipal realizó un informe sobre los costes de limpieza, adecentamiento y vallado perimetral de la parcela 17.10 de San Fernando, cifrándolos en unos 5.200 euros.
Tras el motivado requerimiento de la alcaldesa, con el objetivo de restablecer la imagen de la zona y evitar peligros para la seguridad de las personas y los viandantes, la empresa Inmuebles Comerciales La Mareta acometió las labores de limpieza y desescombro de la parcela, y la reposición de su vallado, en la segunda semana de julio de 2008.
Con posterioridad, a finales de mayo de 2009, desde la Alcaldía y el departamento de Disciplina Urbanística se ordenó una nueva e inmediata limpieza y reparación del vallado del recinto, o el Ayuntamiento asumiría la ejecución subsidiaria de estas tareas con un coste que se cifró en unos 6.500 euros.
Desde el 18 de diciembre de 2009, la parcela 17.10 de San Fernando, de unos 1.670 metros cuadrados, cuenta con una licencia de edificación para la construcción de un edificio comercial y administrativo con sótano para garaje y almacenes.
Uno de los propietarios de la parcela, Marcial Sánchez, afirma que la inversión del Grupo en la compra del suelo, y en las obras de desmonte y edificación del nuevo inmueble “ronda los 7 millones de euros”
El objetivo de Inmuebles Comerciales La Mareta S.L. es edificar en dicha parcela un centro comercial de unos 926 metros cuadrados, que albergaría una unidad de alimentación y otra de comida rápida y cafetería, que serían sucursales de franquicias muy conocidas.
Tras las obras de derribo del viejo Mesón Viuda de Franco, los titulares del suelo tienen la intención de proceder a las tareas de desmonte “antes de que acabe el año, para que las obras del nuevo centro se realicen lo antes posible y podamos estar inaugurando el año que viene por estas mismas fechas”.
La alcaldesa María del Pino Torres afirma que con el derribo de este viejo edificio “la población de Maspalomas gana en seguridad y limpieza, pero también gana la imagen de la zona turística”. Según la alcaldesa “esta obra es muy positiva porque genera empleo y supone una reactivación de la economía del municipio”.
Primero una Fonda
El Mesón Viuda de Franco fue hasta su cierre hace algunos años un establecimiento emblemático en Maspalomas. Era tan conocido y tanta su importancia que incluso su nombre le fue dado a la rotonda y cruce de la GC-500 con la Avenida de Tirajana.
La primigenia `Fonda Franco´ la abrió la familia Franco, entonces compuesta por Antonio Franco Artiles y Carmita Afonso Artiles y sus 13 hijos, hacia los años 40, en la orilla sur de la antigua caretera general del Estado, donde hoy se encuentra enclavado el Edificio Los Molinos. Allí encontraban comida caliente y cobijo los viajeros que iban o venían de la Capital, y los usuarios de las playas del municipio. Fue en 1973 cuando el restaurante se trasladó a su última ubicación, y allí permaneció durante más de 30 años, hasta que cerró sus puertas hace un unos cuatros años. Hoy, tras su derribo, San Bartolomé de Tirajana y Maspalomas tienen para él un hueco en su historia.
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